4 feb 2010

Cuentos cortos cuentan cosas largas IV

A veces me decía mi abuelo los sueños se hacen realidad, es cuestión de pelear para lograrlos…a lo que le respondí, y si son sueños de amores qué se hace, y el, que siempre tenia una respuesta para todo aquello que yo le preguntaba, esta vez callo…


En un café…

Erase una vez que no fue sino que la soñé, pero fue sin serlo siéndolo pues los sueños existen; en que me encontraba sentado fuera de un café del cual no puedo dar detalle, pues no lo recuerdo plenamente ya que era un sueño. Donde vi una bella mujer la cual cautivo mis sentidos en un cien por ciento, con solo mirarla a los ojos empecé a soñar; ella me sonrió, yo me sonroje, ella se sentó en la mesa frente a mí y yo, ¡caí de mi silla!...

Todos en el lugar se rieron de mi, a acepción de ella, me levante y volví a sentar aun más sonrojado y apenado de lo que ya estaba, lo único que se me ocurrió fue pedir la cuenta para retirarme de ese lugar; pero ese no era mi destino, ¡a no! No lo era; pues al darme cuenta esa chica estaba sentada a mi lado preguntándome cómo me sentía, -¿te lastimaste?, a lo que respondí –no.

Le invite un café mientras yo tomaba un cortado, me conto de su vida mientras yo le contaba de la mía, me tome el atrevimiento de pedir su numero, pero no lo dio, entendí que seria cosa de un momento de conocernos y nada mas.

Pero al terminar nuestro encuentro esa tarde de abril, ella termino dándome un punto de encuentro para ese fin de semana diciendo –te esperare con ansia allí.

Durante el resto de semana no pude sacarla de mi mente ni un momento, solo ella era en lo que pensaba; al viernes me di cuenta de que ni su nombre sabia, y estaba obsesionado con ella sin saber por que.

Llego el sábado y no sabía que hacer, si me presentaba en el lugar tal vez ella me quedaría mal y yo como un idiota, pero por el contrario si no me presentaba abandonaba la oportunidad de volver a ver esa bella mujer.

Me dispuse a tomar un baño, vestirme y llamar a un amigo para preguntarle por el lugar, el me acompaño hasta allí; al llegar no la vi por lo que me senté en la barra, pedimos un par de tragos los cuales el barman dijo ya estaban pagados.

Luego de un rato me levante dejando a mi amigo en la barra y me dirigí al servicio, al llegar, en el momento de entrar la vi, ¡si la vi!, estaba mirándome, y al tratar de llamarla recordé que no sabia su nombre, y hasta ya sentía que la amaba, la amaba sin conocerla, sin saber su nombre ni su numero; pestañee y ya no estaba, a lo que concluí que la mente me estaba jugando una mala pasada.

Al salir del cuarto de baño, comencé a reflexionar durante el recorrido para reencontrarme con mi amigo, y caí en cuenta de que al ir a este lugar no estaba soñando, estaba despierto, ¡que idiota pensé!, como es posible que llegara a un lugar a esperar a alguien que solo estaba en mis sueños.

Al llegar donde mi amigo el me presento a una chica, al verla dije para mi –eres tu, ella era el vivo retrato de la mujer que había ido a buscar, me acerque para presentarme y ella dijo –te estaba esperando, pero solo ¡no con el!

Viendo esas circunstancias no supe que decir y mucho menos que hacer, pensé que idiota soy; y ella como que lo sintió, y dijo –quiero conocerte, nos vemos en el café el martes en la tarde, se marcho sin despedirse y dejándome perplejo por lo acontecido; me quede en el lugar con mi amigo y tomamos un par de tragos más, al llegar a casa comencé a pensar en ella, y allí para terminar de mostrar mi estupidez me di cuenta de que no tenia ni idea de donde era el maldito café, cómo hallaría el lugar, hay miles en la ciudad.

Al llegar el día de encuentro con esa mujer y ya al anochecer me encontraba no se si confuso desesperado o qué, no lograba dormir, así que me levante tome una copa y un calmante; al lograr dormir comencé a soñar y me di cuenta de que estaba en ese lugar, ese café que no había podido encontrar.

Y allí estaba la chica de la que solo conocía su rostro, me dijo –pensé que ya no vendrías, y respondí –no sabia como llegar, ella contra respondió diciendo –pues ya lo sabes y no lo olvides; luego de esto seguimos charlando por un rato, voltee y ella no estaba al volver a mirar, desapareció de un momento a otro sin darme oportunidad de preguntar su nombre o algo más.

Luego de esto todo el resto de semana y la siguiente estuve todas las tardes en ese café, todas las noches en ese bar y aun así no la pude encontrar, pasaron dos meses o tal vez más, ya hasta no soñaba con ese lugar, y al salir de compras con mi mejor amiga la vi en una tienda, corrí para encontrarla pero al entrar en el lugar ya no estaba esta mujer.

Una de las chicas que atendía me pregunto -¿Qué necesita? Y yo callado me quede, mi amiga entro en la tiendo y esta chica la atendió, al pagar lo que compraba mi amiga en la tarjeta del lugar su numero me dio, con una nota que decía o mejor preguntaba -¿Por qué me dejaste de buscar?, espere que saliera del trabajo esta chica y le hable acerca de lo que pasaba a lo que dijo –otro…

Pensé ¿otro?, ¿qué querrá decir con eso?, y pregunte, me dijo –sígueme, y yo la seguí, en el ala oeste del centro comercial, encontré el café que tanto busque y ella dijo, que era una historia complicada pero que lo creyera, en ese lugar hace unos años habían matado una mujer la cual había comenzado a charlar con un chico en ese lugar, luego de salir una noche mas, en su tercer encuentro en este café otra vez, el la mato.

-La mato, pero por qué la mato pregunte yo, ella dijo que nadie lo sabia pero que desde su muerte un tiempo después alguien viene buscando el lugar y al día siguiente aparece muerto en cama, -y por qué no me mato a mi, dije yo, a lo que la chica no supo responder; pero dijo seguramente tienes algo especial, o si no por que me estas viendo a mi, yo reaccione y mire a mi alrededor, donde no había nadie y en el local en donde había estado con mi amiga unas cintas policiacas vi, corrí y pregunte que había pasado.

A lo que el vigilante contesto, que en la tarde habían asesinado a una chica mostrándome su foto, junto con su novio, el cual trabajaba como vigilante en ese lugar, le pregunte -¿y no te da miedo estar aquí después de eso?, a lo que el respondió, yo era su novio, y desapareció; al mirar atrás vi de nuevo a esa mujer y pregunte gritando -¿Por qué no me mataste?, a lo que dijo no lo mereces, eres un buen hombre, el único que desde mi muerte me ha querido por lo que soy como persona y no como mujer.

Al llegar a casa pensando en lo ocurrido, llame a mi amiga la salude y le dije, -conocí a alguien especial, la amo, y me voy a reunir con ella, adiós… y acto seguido sin colgar el teléfono solo se sintió un disparo seco en la habitación.

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